Estamos muy agradecidos y felices de compartir con ustedes una nueva historia Au Pair, pero ahora desde una perspectiva diferente y a su vez, parte fundamental del viaje de todas nuestras Au Pairs.
Muchas gracias a la Sra. Maria Torres Gonzalez, mamá de Fernanda, por compartir con nosotros cómo fue toda la etapa del viaje de su hija. Desde la preparación de su viaje hasta su regreso. ¡Enhorabuena y muchas felicidades a las dos por esa maravillosa experiencia!
El viaje de mi hija como Au Pair
“Soy madre de tres jovencitas, en ese tiempo, la de en medio iba a cumplir 18 años y tenía la ilusión de viajar como Au Pair a Francia, se preparo para ello y para ese momento ya había estudiado francés. Recién cumplió su mayoría de edad inicio su tramite y todo lo relacionado. Rápidamente la contactó una familia con dos niñas, la verdad mi hija tenía poca experiencia cuidando niños, pero le entusiasmaba la idea de sobremanera. Ambas cosas.
Realizo sus trámites en la embajada y las cosas aún no estaban escritas. Ahorró durante un año para pagar su boleto de avión a París. El tiempo voló muy rápido. Llego el tiempo de su partida y fue una transición muy dura para las dos, para la familia, pues ella nunca había dejado por más de un mes nuestra casa, yo la extrañaba muchísimo y ella al principio se sintió triste de estar fuera, lejos.
Pero como a todo, nos acostumbramos, a los tres meses ella ya se había adaptado al ambiente y estilo de Francia; hablábamos cada semana y ella mandaba tarjetas y cartas de sus nuevas experiencias. Cartas muy largas y detalladas. Llenas de cosas nuevas y de muchas experiencias enriquecedoras para ambas. Como madre me sentía feliz, sabía que la experiencia fomentaría en mi hija un crecimiento inigualable y así fue. Le ayudó mucho a que madurara como persona, mi adolescente se convirtió en una chica con responsabilidades y mucha madurez.
La experiencia como madre es muy aleccionadora, ya que te demuestra que los hijos, si tienen una educación sólida, son capaces de sobrevivir lejos de casa y superar las expectativas de sus padres. Mi hija regresó no solo dominando un idioma más, sino con una visión superior, que la impulso de manera profesional. Su nueva perspectiva le ayudo a emprender su propio negocio. Empresa que hoy sigue desarrollando, pues ha crecido bastante. A mí como madre me fortaleció ya que la separación fue temporal. De mi casa salió mi pequeña hija y regresó una mujer diferente, más educada, con más visión.
Hoy por hoy mi hija ha seguido viajando, parece que se vuelve un modo de vida. A partir de su experiencia como Au Pair a regresado a Europa 4 veces y a otros países del mundo para ampliar su negocio, agradezco la gran oportunidad que estos programas brindan a las familias de formar gente exitosa y con una visión diferente, de más mundo y mejor forma de vida”.
Atte. – La mamá de una joven con sueños, ilusiones y una hermosa realidad.